La población ya estaba asentada en La Alberca desde antes de la llegada de los romanos, en los dinteles de las puertas suele haber inscripciones religiosas, esto podría indicar que sus pobladores eran conversos y utilizaban este método para reafirmar su fe.
Según cuenta la tradición en 1465 las mujeres albercanas vencieron a las tropas portuguesas del Prior de Ocrato, en esta victoria se arrebató a los portugueses el pendón.
En 1940 el pueblo se convirtió en Monumento Histórico-Artístico, el primero en España.