Quizá como consecuencia de haber sido una antigua hospedería de peregrinos, pasó también a manos de los canónigos de Vadillo. Este edificio pertenece a los años de transición del románico al gótico, por los años en que Frías es repoblada. Junto al santuario una pequeña ermita y cruzando el río Molinar un puente romano de un único ojo.