Se trata de una de las vías principales del antiguo Oviedo, ya que por ella ingresaban viajeros, peregrinos y comerciantes.
Durante la edad media era una de las arterias principales de la ciudad, encontrándose al final de ella la Puerta de Cimadevilla de la muralla medieval.
En el siglo XIX era uno de las vías preferidas para paseos, fijándose como punto de encuentro y reunión.
Hoy en día es una vía peatonal, en la que pueden encontrarse elegantes cafés y restaurantes, así como tiendas de recuerdos.