Los romanos explotaron los yacimientos minerales de plata y cobre de Río Tinto desde el siglo I a.C. hasta el siglo V d.C. Explotadas desde hace unos 5.000 años, desde la Edad del Bronce, en ellas trabajaron a lo largo de los siglos tartesios, fenicios, cartagineses y romanos, buscando el cobre, la plata y el hierro.